GRANDES ERRORES EN UN RODAJE QUE NINGÚN DIRECTOR JAMÁS TE COMENTARÁ
- No planificar, planificar y PLANIFICAR: ¡hay que
planificar hasta las pausas para mocarse! te surgirán tantos problemas, dudas y
quejas propias tuyas y de colaboradores, que aún tendrás suerte si puedes
seguir la mitad de lo que planeaste, pero al menos tendrás un 20% seguro tal
como lo concebiste y planeaste. Aquí también se incluye todo lo referente a
localización (la debes conocer a ella “y sus circunstancias” mejor que tu mano)
y las condiciones y otras condiciones del día de grabación. Como si fuera un
mantra tibetano: planificar, planificar, plani…
- No saber entender y amar la canción (en un videoclip): porque la
canción es el centro del universo de lo que está sucediendo delante del
espectador, por lo que es necesario entender que las imágenes son “solo” un
complemento que refuerzan lo que se escucha. Y cuando digo amar no es que te
guste la canción (ni siquiera el estilo) sino entenderla y acabar queriéndola
tal como es. Cuando acabes el rodaje podrás “divorciarte” de ella y despotricar
a gusto.
- Creer que la gente va estar bien 8 horas y tiene
las mismas ganas e ilusión que tu: acéptalo, cuando uno graba se siente algo
especial, el amo del universo, poderoso como el que más al dar órdenes,
admirado como nunca al ver tanta gente escuchando lo que dice…pero se olvida
que el resto son personas humanas, y que se sienten un minúsculo satélite del
universo, y que odian al que dice chorradas mientras deben callar. En resumen:
hay que motivar primero y dar cariño después, sino la gente ve la situación
como una obligación, y no dará, ni mucho menos, lo mejor de sí.
- Las ínfulas de grandeza: relacionadas con lo
anterior, pero también con la idea de lo que se va a grabar, pero tranquilos,
esto tiene fácil solución…el tiempo y el resultado final. Porque cuando veas
los sucios por primera vez, pocas veces la reacción será positiva…
- Hacer lo que tú quieres o te empeñas, no lo que
se merece la canción (o el guión, o el proyecto...). Otra vez más: la canción es el centro, la razón de ser
del proyecto, y nos hemos de adecuar a ella… porque al revés es imposible.
- Querer contentar a toda la gente que te rodea: dado
que hay mucha gente que dará su tiempo de forma gratuita, y porque mucha gente
(con mayor o menor cuota de razón) te aconsejará, propondrá nuevas cosas, y si
le dices que sí a todos…no acabaréis nunca.
- No ser un líder cruel y sanguinario: “¡al loro!”,
ni puedes contentar a todos, ni puedes enfadar a todos, pero ha de quedar claro
quién manda aquí; de la misma forma que poner demasiada seriedad en el proyecto
es un grave error, la gente debe saber que hay niveles de mando, y tú estás
arriba de todo.
- Complicarte la vida: o como mínimo, excederte en
manierismo y cosas difíciles, principalmente porque dependen de dos cosas:
tiempo y dinero, justamente, lo más valioso y difícil de conseguir para
cualquier director.
- Pensar que tendrás tiempo para “tirar la caña
ahora que soy guay”: entiendo que esto se explica por sí solo, aunque una buena
solución es que alguien monte una fiesta para después de la grabación :-D
- No editar y montar el resultado justo al acabar:
contra más tiempo pase del último plano grabado a que te pongas a montar, más
vagancia te dará y acabarás más “horrorizado” por lo que grabaste.
- Pero sobretodo, NO estar tranquilo con uno
mismo: si has aprendido algo, ya valió la pena. Estate seguro que el próximo
será mejor, vuelve a convencer (o tomar el pelo) a la gente que haga falta y
que sepas que si te han quedado ganas de seguir rodando tras el último desastre
y todos los problemas a su alrededor, bien por ti chaval, sigue dedicándote a
esto, quizás valgas para esto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario