Con un punto de partida interesante, unas interpretaciones
sólidas y una bella estética y fotografía de la noche de Los Ángeles, Michael
Mann es capaz de resolver un thriller con pocas pretensiones y un desarrollo a
veces lento e ilógico. Pero sacándose de la manga su buen hacer
cinematográfico, consigue que el espectador se agarre en más de una ocasión a
la butaca (ese final…) o disfrute de escenas de acción bien grabadas (el
tiroteo en la discoteca) mientras la historia transcurre a veces con saltos o
añadidos innecesarios que merman la paciencia del espectador durante los 120
minutos del filme. En resumen, Michael Mann se saca de encima con artesanía y
gracia una película de encargo que no se tarda en olvidar.
Valoración: 6,5 (sobre 10)
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